Historia de la Hemeroteca José Hernández

En el año 1880 el Congreso Nacional declara a la Ciudad de Buenos Aires, capital de la Republica. Tres años después y con la elección de representantes capitalinos, se instala el Concejo Deliberante.

En el año 1884 se proyecta la creación de una biblioteca en el Concejo Deliberante que incluiría un archivo de diarios, y en 1886 se efectuó la primera suscripción de algunos periódicos. Todavía no se puede hablar de hemeroteca ya que el término surge recién en el año 1900.

Con la inauguración del Palacio Legislativo el 3 de octubre de 1931, la hemeroteca junto a la biblioteca, se instala en el piso principal hasta el cierre definitivo del Concejo Deliberante el 10 de diciembre de 1997.

En octubre de 1991, la Comisión de Educación y Biblioteca del Concejo Deliberante de la Capital Federal, recomendó bautizar al área con el nombre de “José Hernández”, en homenaje al periodista, político y consagrado poeta argentino autor del Martin Fierro. La iniciativa fue aprobada por unanimidad por el Cuerpo Legislativo y se materializó mediante el decreto 467/91. A partir de este procedimiento administrativo, la hemeroteca adquirió su propia identidad.

Con la Reforma Constitucional de 1994, la Capital Federal adquiere autonomía, la cual en 1996 dicta su propio estatuto organizativo. Con el nuevo status jurídico, la hemeroteca continúa sus actividades en lugar diferente, planta baja del edificio anexo que hoy forma parte de la Casa Museo Victoria Aguirre.

Con el diseño de la estructura orgánica administrativa de la Legislatura en el año 2006, la hemeroteca adquiere el nivel de Dirección, se le otorga la misma jerarquía que la biblioteca.

El archivo de publicaciones se ha conformado a través del tiempo mediante la compra de las distintas publicaciones pero fundamentalmente hubo muchas e importantes donaciones, que han transformado a nuestra hemeroteca en un archivo de considerable valor histórico.

El hito que definitivamente transforma a nuestro archivo se manifiesta entre los años 2004 y 2006, la mayor parte de los diarios históricos se han microfilmado, facilitando el acceso, incorporando tecnología y conservando estos documentos históricos de manera definitiva.