11 de marzo de 1871
Se habilita el cementerio de la Chacarita
Como resultado de la epidemia de la fiebre amarilla
Ubicado en la Comuna 15 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Con sus 95 hectáreas, es el cementerio más grande de la ciudad. Está delimitado por las calles Guzmán, Jorge Newbery, las vías del Ferrocarril San Martín, Garmendia, Del Campo y Elcano.
En 1871 una epidemia de fiebre amarilla azotó la ciudad de Buenos Aires por lo que fue necesaria la construcción de cementerios ya que los existentes (en particular el Cementerio del Sud, actual Parque Ameghino) no daban abasto[3] y el Cementerio del Norte (actualmente Cementerio de la Recoleta) había prohibido que se inhumen allí a quienes habían muerto por la epidemia.[2]
El nombre del barrio, que da nombre al cementerio, nace del diminutivo de Chácara o Chacra, voz quechua que significa "granja", "quinta" o "fundo". En este caso, se trataba de la Chacra del Colegio que la Compañía de Jesús tenía en las afueras de la ciudad de Buenos Aires hacia mediados del siglo XVIII. Por ello se la conocía como "la chacrita" o "chacarita de los colegiales".
Se creó el Tranvía Fúnebre, que fue utilizado para llegar al cementerio, y se inauguró la llamada Estación Fúnebre en la intersección de las calles Bermejo (actualmente Jean Jaurès) y Avenida Corrientes, donde se recibían los ataúdes.
El tren operaba con una frecuencia que variaba, siendo más frecuente en sus inicios, y sus horarios eran cambiantes, ya que podía salir por la mañana o por la tarde-noche. En promedio, se realizaban entre cuatro y cinco salidas en el dia.[
En 1886, la Municipalidad decidió nivelar y pavimentar la calle Corrientes, reemplazando las vías ferroviarias por rieles para tranvías. Federico Lacroze se encargó del nuevo servicio tranviario, lo que representó un avance importante en sus negocios, especialmente al asumir el servicio fúnebre que antes era ferroviario y paso al tranviario.[6]
Hacia el final del servicio en 1887, solo había una salida nocturna a las 8 de la noche. Dado que seguían llegando cadáveres hasta esa hora, se solicitó al intendente Alvear que retrasara la partida para evitar que los cuerpos quedaran en el depósito durante toda la noche.
El cementerio contaba con condiciones de higiene mínimas y sumado a la gran cantidad de víctimas que causó la epidemia, se llegaron a cremar 564 cadáveres en un día y según testimonios en un día murieron 14 empleados. Pero los olores y la falta de salubridad molestaban a los vecinos del barrio. Por esta razón el cementerio fue clausurado en 1875, pero siguió funcionando hasta el 9 de diciembre de 1886, cuando se lo clausuró definitivamente.
Al colapsar el cementerio del sur, se tuvo que inaugurar el cementerio de la Chacarita. Fue construido en tan solo un año, un tiempo récord.